“Deadpool & Wolverine” es una película que se divide en dos tramas claramente diferenciadas. Por un lado, tenemos el evento crossover entre Wolverine y Deadpool, y por otro, la historia principal. Ambas tramas manejan tonos contrastantes, pero logran complementarse para contar una narrativa intrigante y bien construida.
En una de las tramas, tenemos a la AVT (Autoridad de Variación Temporal) y a Cassandra Nova (interpretada por Emma Corrin) como los villanos principales. Por otro lado, aparecen los X-Men junto a otros héroes olvidados y maltratados por Fox. Por un lado, la historia plantea la lucha por el destino del héroe y su mundo, y por el otro, ofrece un cierre digno para la era pre-MCU. En el centro de todo esto está Deadpool, quien actúa como maestro de ceremonias, aportando humor a un guion que se mantiene entretenido e intenso.
En “Deadpool & Wolverine”, se nota que Ryan Reynolds toma las riendas creativas, manteniendo el tono irreverente, vulgar y sangriento que caracteriza a la saga. Sin embargo, la película sabe cuándo ponerse intensa o tensa cuando es necesario. Este Deadpool es más musculoso y no cae en el error de ser solo una sucesión de cameos sin sentido, ya que el sinsentido y lo ridículo son precisamente su esencia. La trama es bastante sencilla: tras robar la máquina del tiempo de Cable al final de “Deadpool 2”, Wade llama la atención de la AVT, quienes lo reclutan bajo la condición de aceptar que su mundo desaparecerá. Wade se rebela contra el líder de la AVT, Mr. Paradox (interpretado por Matthew Macfadyen), y escapa a otra línea temporal donde recluta a Wolverine. A regañadientes, Wolverine lo ayuda a enfrentarse a la psicópata Cassandra Nova, hermana de Charles Xavier, que planea destruir todos los universos y líneas temporales.