El 27 de enero de 2025, surgió una tensa disputa comercial y diplomática entre Colombia y Estados Unidos después de que el presidente Donald Trump anunciara aranceles de hasta el 50% a las importaciones de ambos países, en respuesta a la negativa de Colombia a recibir aviones militares con delincuentes deportados. Aunque las medidas fueron inicialmente anunciadas, más tarde se alcanzó un acuerdo para resolver la crisis, dejando en suspenso las sanciones.
La medida habría afectado seriamente la economía colombiana, especialmente en sectores como flores, café y productos agrícolas, que tienen una alta demanda en EE.UU. Además, Colombia es un socio comercial clave para EE.UU., con un intercambio de bienes y servicios que superó los 39,000 millones de dólares en 2022 y es el único país sudamericano adherido a la OTAN.
El conflicto también aparenta ser una estrategia de Colombia para diversificar sus alianzas, buscando reducir su dependencia de Estados Unidos, especialmente bajo la administración de Gustavo Petro. Los expertos opinan que las acciones de Trump envían un mensaje a otros gobiernos que desafíen sus políticas, especialmente en temas como inmigración.
Lo cierto es que el presidente Petro reculó sobre sus dichos buscando resolver el conflicto que podría haber escalado a una situación mucho más agravante para la economía de ambos países.